lunes, 15 de junio de 2009

ES UN JOVEN VAGO Y ALEGRE

CAROLINA GARCÍA EL DIARIO 13 Junio 2009

Desde hace siete años está ahí, con sus imponentes 3 mil kilos de peso y sus largos 5 metros con 20 centímetros de altura. También con una cara de ternura y un caminar pausado que a cualquiera invita a querer apapacharla, sin embargo es imposible, ya que es un animal africano salvaje por naturaleza.

Se trata de Modesto, la jirafa macho que inevitablemente alegra y asombra a quienes visitan la sección poniente del Parque Central Hermanos Escobar.

Esta jirafa nació hace ocho años, en un zoológico estadunidense. Cuando cumplió un año fue trasladada a esta ciudad y desde ese entonces, es Mario Alberto de León, el veterinario que se preocupa y ocupa de su bienestar.

Para su suerte, es fácil ser el doctor de cabecera de Modesto. “No es nada enfermizo, en estos siete años no ha habido mayor dificultad con él, siempre fue un niño vago y alegre, y ahora un adolescente, aún muy activo”, comenta De León, mientras alza la mano para ofrecerle alfalfa a su extravagante paciente.

Mínimo una vez a la semana, el egresado de la carrera de Veterinaria hace más de 20 años de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, acude al parque para observar a este animal, perteneciente a la más alta especie viviente.

Aunque quiera, el veterinario no puede acercarse mucho a Modesto; siempre hay un barandal entre ellos.

“La observo de lejos, nunca olvido que me puede matar con una sola patada, no es un mono de peluche. Analizo sus patas, sus ojos, en fin, todo su cuerpo y su comportamiento, eso me dice mucho de él. Por ejemplo, si veo que anda sacando mucho la lengua, (la cual mide 30 centímetros de largo), me indica que su digestión está bien, porque anda regurgitando y eso es normal y necesario”, explica mientras Modesto coincidentemente comienza a sacar la lengua, como si supiera que tenía que reafirmar las palabras de su veterinario.

Cuando Modesto entra en su periodo de celo, que regularmente sucede en el verano, se frota contra los árboles y su casa para minimizar un poco su ansiedad sexual y la falta de pareja; esto le ha provocado notorias heridas en el pecho.

“Es un animal que por naturaleza vive en manda y aquí está sólo. Conseguirle una novia no es tan sencillo, además una jirafa hembra cuesta alrededor de 70 mil dólares. En el aspecto médico no necesita realmente de una pareja, pero por otra parte, si necesita compañía de su misma especie; estaría más relajado y podría satisfacer sus necesidades sexuales”, dice De León, para luego mostrar los segmentos de la casa que Modesto ha destruido en su periodo de celo.

Respecto a la alimentación de la jirafa, el veterinario señala que diariamente come alfalfa y variados granos molidos de maíz, trigo, avena, sorgo, bañados con miel. Así como vitaminas, minerales y harinolina, una rica fuente de proteína.

“Lo que nosotros le damos a Modesto por día son 40 kilos de alimento, pero además él come mucho pasto, así que no tengo el dato de cuánto come exactamente, lo que si sé es que se gastan alrededor de 200 pesos diarios en su alimentación”, señala el doctor.

También puede comer zanahorias, manzanas y peras, al menos así lo indica una manta colgada en la malla que marca el límite del territorio de Modesto: ‘Mi doctor me alimenta pero no me da postre, dame zanahorias, manzanas y peras’.

Y la gente así lo hace. Siempre hay alguien ofreciéndole comida a la jirafa, así como un guardia de seguridad supervisando que no se le dé a Modesto algo indebido.

De León agrega que su paciente duerme cuando el sol se oculta y se despierta cuando vuelve a aparecer. Lo hace en ocasiones de pie y otras echado sobre su pecho, “tal como los camellos de los nacimientos navideños”, explica el veterinario.

Finalmente, el más fiel guardián de Modesto exclama “Más que urgirle una pareja a Modesto, le urge un juguete con el que pueda estimular sus habilidades y entretenerse, pero se tiene que diseñar con cautela para que no vaya a ocurrir un accidente”.

“Lo que nosotros le damos a Modesto por día son 40 kilos de alimento, pero además él come mucho pasto, así que no tengo el dato de cuánto come exactamente, lo que sí sé es que se gastan alrededor de 200 pesos diarios en su alimentación”

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