lunes, 5 de noviembre de 2007

ORIGEN DE LA CANOA

Los primeros desplazamientos del hombre sobre el agua en embarcaciones propulsadas por él mismo se remontan a la prehistoria, cuando en troncos ahuecados, pescaba, cazaba y cruzaba ríos y lagos. Más recientemente, en términos históricos, los indios norteamericanos daban el nombre de canoas a sus embarcaciones propulsadas por remos. Algunos de esos especímenes pueden verse en museos, apreciándose que sus líneas han inspirado las de las canoas modernas.

El testimonio más antiguo que existe representa una canoa y una pala de plata, de más de seis mil años de antigüedad, descubierta por el arqueólogo inglés Sir Leonard Woolley en la tumba de un rey Sumerio, en Ur, a las orillas del Eúfrates, para que realizara su viaje por el río del más allá, este motivo se repetirá a lo largo de la historia de la humanidad, en otras civilizaciones.

Posteriormente, se conocen representaciones egipcias de embarcaciones movidas con palas.

En la península de Yucatán, en Chichen Itzá, aparece otra representaci6n de canoas en un mural de mil ciento cincuenta años a. C., y en las ruinas de Tikal, en el corazón de Guatemala, se encuentran 700 años a.C. huesos con grabados que representan canoas.

La canoa tiene su posterior desarrollo en una embarcación de transporte, abierta, utilizada por los pueblos canadienses para cubrir grandes distancias con sus mercancías o para llevar el correo, aprovechando en algunos casos la bondad de las aguas y en otros superando la agresividad de rápidos y corrientes.

En sus orígenes este tipo de embarcaciones se construían a base de troncos de madera o pieles de animales, previamente tratadas. Hoy en día, las más nobles maderas trabajadas convenientemente, han llevado a la construcción de unas embarcaciones extremadamente ligeras y, más recientemente, la fibra de carbono ha añadido una resistencia superior a aquellas embarcaciones extremadamente ligeras.

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